La universidad que potencia el ingenio, la innovación y el emprendimiento.
Nuestros estudiantes experimentan la ingeniería, la computación y los negocios desde el día uno a través de nuestra metodología de aprendizaje activo
Ese es el ADN de nuestros estudiantes: alcanzar el más alto nivel académico y desarrollo personal.
El paso decisivo para encontrar las mejores soluciones.
Informes de sostenibilidad
contacto:
Giancarlo Marcone
DIRECTOR DE HACS
gmarcone@utec.edu.pe
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La situación actual nos presenta muchos desafíos como educadores. Más allá de la emergencia de la pandemia, nos toca mostrar que este problema, como todos los grandes desafíos, son multivariables y llenos de áreas grises que desarrollan una serie de posturas encontradas.
Esto lo hemos visto claramente en las discusiones que hemos tenido durante la semana de nuestras clases de refuerzo. Por ejemplo, en la clase de Desafíos Globales cuando discutimos sobre las dimensiones sociales del problema los mensajes en el chat bullían de posiciones encontradas y de polémicas, sobretodo en el aspecto del distanciamiento social y el porqué no se respetaba, porque para algunas personas es posible cumplirlo y para otras es tan difícil. Estas discusiones a la vez permiten a nuestros alumnos alcanzar visiones más contextuales de la realidad, sin caer en los facilismos de dicotomizar entre buenos y malos en una situación que es global y compleja, pero que tiene correlatos en nuestra vida personal.
La necesidad del distanciamiento social como medida para evitar la pandemia a estas alturas está fuera de discusión. Sin embargo, salta a la vista que por razones sociales y culturales, grandes sectores de la población no quieren o no pueden acatarlos. En este contexto, el viernes 27 de marzo el Congreso de la República publicó la Ley de Protección Policial (Ley N° 31012), la cual tiene por objeto otorgar protección legal a la Policía Nacional del Perú que en ejercicio regular de su función constitucional y haciendo uso en forma reglamentaria de sus armas o medios de defensa causen lesión o muerte.
Algunos puntos han generado discusión entre los miembros de la sociedad civil, por ejemplo la interpretación de la razonabilidad de medios a favor del personal policial interviniente, la prohibición del mandato de prisión preliminar judicial y prisión preventiva así como la eximición de la responsabilidad penal al personal de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú. Asimismo, la derogatoria del literal c) del numeral 4.1 del artículo 4º del Decreto Legislativo No 1186 que regula el uso de la fuerza por parte de la Policía Nacional del Perú, en el cual se establecía la proporcionalidad en el uso de la fuerza.
La publicación de esta ley ha abierto la puerta a un debate sobre el uso de la fuerza tanto de las Fuerzas Armadas como la Policía Nacional del Perú, al encontrarnos actualmente en un Estado de Emergencia en el que ha quedado restringido el ejercicio de los derechos constitucionales de los ciudadanos relativos a la libertad y la seguridad personales, la inviolabilidad del domicilio, y la libertad de reunión y de tránsito en el territorio.
La situación es compleja. Algunos sectores sociales reclaman más fuerza por parte del Estado para mantener la cuarentena mientras que las poblaciones que se mantienen fuera de este, en parte por una histórica falacia de parte del mismo, son las más inclinadas a transgredir las normas dadas y no parecen confiar en que el Estado a través del gobierno de turno pueda venir a su rescate.
La situación no se facilita pues algunos medios periodísticos exacerban los ánimos al transmitir permanentemente reportajes donde se ven personas jugando fulbito, paseando a sus mascotas o cualquier otra actividad que permita demostrar que las personas que se quedan en casa son buenas y las malas son las que salen. Simplificando así un problema bastante más complejo y, a la larga, promoviendo lo que puede terminar siendo un nuevo quiebre social en nuestra ya fracturada sociedad.
Desde un punto de análisis político, esta controversia refleja en el fondo la relación entre la sociedad peruana y su Estado. Un problema de ciudadanía que lleva a un grupo a pedir e impulsar el sacrificio de nuestros derechos ciudadanos (por ende nuestros deberes) mientras que otro sector ni siquiera se siente responsable por los mismos. Lo que los lleva a no acatar o simplemente rebelarse contra las normas que vengan de este Estado ausente y lejano.
Además, preocupa en qué medida esta ley y las demás medidas de intensificación de la fuerza pueden ahondar las diferencias sociales existentes, radicalizar las posturas y generar quiebres, lo que menos necesitamos en estos momentos. Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional ya están presentes en las calles, el Estado está respondiendo con más armas y mayor disposición a incrementar la fuerza, lo que considero que a su vez sólo incrementará la violencia con la que la gente resista a esta y así sucesivamente. ¿Hasta cuándo es sostenible esta situación?
En vista de ello, es importante que el personal de la Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú, en el actual patrullaje y control del cumplimiento del aislamiento social obligatorio actúen de acuerdo al principio de proporcionalidad en el uso de la fuerza, el cual es un principio fundamental del sistema jurídico constitucional. De esta forma, se podrá evitar que sucedan excesos que puedan ir en contra de la dignidad y vida de los ciudadanos peruanos.
Sin embargo, más allá del momento particular de esta crisis, es claro que a futuro debemos establecer estrategias que permitan la cohesión y respuesta como sociedad. Por lo que estrategias sociales como el distanciamiento social deben ser pensadas de manera contextual. Entender el usuario y fin de esta estrategia -la sociedad-, preguntarnos cuáles son las necesidades reales y diarias de la gente, tomando consideración las aristas culturales y sociales. Pues como toda estrategia el distanciamiento social también debe ser planificado y estudiado.
A partir de ahora hay que entender que para atender una crisis como la actual es importante contar con tecnología y un sistema de salud preparado. Así como construir una comunidad de ciudadanos con real entendimiento de la diversidad de necesidades de sus grupos constituyentes que permita la implementación de medidas sociales de prevención y mitigación de sus efectos. Esto creo yo son los retos que tenemos como educadores.
Por: Giancarlo Marcone
Director Académico - Humanidades Artes y Ciencias Sociales.
Director Centro de Impacto y Responsabilidad Social - CIRSO.
Director Asociado Centro para la Conservación del Patrimonio.
Carreras en ingeniería y tecnología que van de la mano con la investigación y la creación de soluciones tecnológicas de vanguardia, comprometidas con las necesidades sociales y la sostenibilidad.
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