Aprendizaje para la vida: mi experiencia en el programa REPU

Hola, mi nombre es Danae Chipoco, estudiante de la carrera de Ingeniería de la Energía de UTEC. Quiero contarles que el año pasado postulé al programa REPU (Research Experience for Peruvian Undergraduates) y hoy estoy en Ruhr Universität Bochum apoyando a dos alumnos de doctorado en su trabajo sobre Catálisis heterogénea asistida por plasma. Esta experiencia, aunque aun no termina, ha sido un reto desde el primer día, no solo por tener que trabajar en un área distinta a lo que usualmente hago, sino también por tener que adaptarme a una nueva cultura.

Vivimos una pequeña aventura diaria: cada día en el laboratorio es distinto y trae un nuevo reto y aprendizaje pues tratamos de variar al menos en algún parámetro para ver nuevos resultados. Realmente, tanto en el ámbito académi como como en el personal, me estoy desarrollando de manera integral y quisiera contárselos destacando tres grandes enseñanzas:

 1. Preguntar no tiene nada de malo. Al llegar al laboratorio, no sabía en qué proyecto iba a trabajar, pues recién me lo asignaron el primer día. Cuando por fin supe de qué se trataba, anoté una serie de preguntas que iban surgiendo y lo primero que hice fue pedir bibliografía para instruirme de manera adecuada. Sin embargo, luego de leerla, habían cosas que no siempre me quedaban claras y que se relacionaban, en su mayor parte, con métodos utilizados en algunas pruebas o explicaciones de algunas reacciones. Debo confesar que, como a muchos, al principio me daba algo de pena preguntar, pero entendí que si no lo hacía podía estar perjudicando mi desempeño, así que me lancé con todas las preguntas necesarias. Eso no solo me trajo beneficios a mí, sino que mi supervisor se alegró al ver mi interés en el tema y respondió todas mis preguntas, me envió más bibliografía y tuvimos el tiempo luego para comentarla y discutirla. Aprendí que, sobre todo si estás haciendo prácticas, el supervisor no espera que lo sepas todo, pero es mejor preguntar a equivocarte y que el error salga caro. Además, preguntando puedes aprender más y así crecer de manera profesional.

 2. En la universidad se aprende a aprender. cuando he tenido la oportunidad de conversar con alumnos de ciclos superiores que ya han hecho prácticas, me decían que lo que necesitaban aprender para desenvolverse en sus labores lo habían profundizado en el trabajo (con ayuda de la base de la Universidad, claro está). Me parecía algo difícil de creer, hasta que tuve esta experiencia. Definitivamente, mis clases de química me han ayudado mucho, pero me ha servido el poder ser autodidacta, saber dónde buscar información, cómo procesarla, hacer resúmenes o alguna otra ayuda para que el proceso sea más rápido y efectivo, etc. En general, UTEC nos prepara para aprender sobre cualquier tema a lo largo de nuestras carreras, nos abre la mente, nos enseña a pensar holística y ágilmente para responder los retos que se presentan en el camino.

3. Hay que ser inquietos. Si bien en UTEC nos dan muchas oportunidades y opciones para poder viajar al extranjero a realizar distintos proyectos y pasantías, no está mal que uno busque sus propias oportunidades dependiendo de la línea de carrera que quiera seguir. Al fin y al cabo, las posibilidades son muy variadas y diferentes en todo el mundo. El hecho es que todos los estudiantes de UTEC estamos listos para asumir los desafíos globales y locales.