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contacto:
Giancarlo Marcone
DIRECTOR DE HACS
gmarcone@utec.edu.pe
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Para analizar la situación política que atraviesa el Perú en línea a las Elecciones Generales 2021, Giancarlo Marcone Ph.D., director de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales en UTEC, nos relata algunas reflexiones personales en la siguiente nota:
Al igual que todos, desde el domingo en la noche me encuentro consumiendo programas políticos y de opinión en medios tradicionales y también en los alternativos, intentando hacer sentido de los vivido este último fin de semana. No tengo respuestas, tengo muchas preguntas, pero me quedo con algunas reflexiones y sentimientos personales sobre lo que se viene conversando sobre el proceso electoral.
El mito del Perú profundo o ‘el otro’ Perú
Lo primero que encuentro, son una serie de opiniones alrededor de la idea de que finalmente ‘habló el Perú profundo’, los olvidados del Perú. Estos olvidados, fruto de una herencia colonial que nos dejó dos Perú: un Perú profundo, antiguo, ignorado y olvidado por el Estado, pero que a la vez es más noble a pesar de la pobreza. En su versión más clasista, este planteamiento se traduce en pensar que existe un Perú que no está en capacidad de votar, que no entiende o que es manipulado.
Esta idea parte de una sobre simplificación de lo que es el Perú, se concibe nuestra diversidad como una dicotomía entre el peruano moderno y el pre o no moderno. Personalmente difiero, esta dicotomía no existe. La gente va y viene de acuerdo a su conveniencia inmediata, a su percepción de bienestar y de quién cree que lo va a beneficiar. No existe un Perú profundo no moderno. El comunero que vive en la puna tiene un familiar en Miami, ve televisión, utiliza internet, usa la camiseta del Barcelona, etc. No rechaza la modernidad, sino la busca en sus propios términos.
Por supuesto existe un desencuentro que tiene raíces históricas innegables, pero la llamada ‘herencia colonial’ ha sido un concepto abusado. Ha sido usado para invisibilizar grupos o simplificar contradicciones mayores. De manera similar, para otros esta dicotomía más bien se construye por la ‘herencia de la modernidad’; es decir, la imposibilidad de algunos sectores de participar en la modernidad. En ambos casos vemos como terminamos por quitarle agencia a la gente. Así, construida esta idea de desencuentro se corre el riesgo de continuar justificando el control de las elites: ‘nosotros que si tenemos educación sabemos mejor, nosotros de clase media y con privilegios, sí sabemos votar’.
Pero si analizamos la historia de las elecciones, vemos que lo sucedido el domingo es un escenario que sigue presentándose elección tras elección. Al menos desde el 2006 las opciones antisistémicas o reformistas vienen haciendo sentir sus voces en las elecciones. Empezando por Ollanta Humala en el 2006 y 2011, los altos porcentajes de la izquierda en el 2016, pasando por el FREPAP en las últimas elecciones congresales del 2020, hasta llegar a Pedro Castillo. Lo curioso es que siempre fue “sorpresa”, siempre ‘hablaron los que no tenían voz’.
No es pues un voto oculto o del Perú profundo, es una dinámica de desatisfacción permanente. No es un desentendimiento cultural de un grupo que vive fuera del sistema, más bien es una percepción por parte de gente que vive en el sistema a la que el bienestar no está llegando. La gente que se siente estafada por este sistema., ¿cómo va a ser que ¿el otro’ Perú, es la mayoría del Perú?
Histeria colectiva y la formación de un liderazgo antisistémico
Lo segundo, que llamó mi atención es el miedo colectivo de algunos grupos. Rápidamente la crítica a los modelos económicos y políticos pre votación se convirtieron, en algunos sectores de las clases media y alta del Perú, en miedo a la pérdida de privilegios. Empezaron en ‘broma’ o muy en serio los comentarios sobre cómo nos vamos a convertir en Venezuela, van a quitarte tu casa, van a estatizar el club, etc. Este miedo no es nuevo y es similar al que hubo cuando salió elegido Ollanta Humala en el 2011.
Este miedo que toma forma de clasismo y racismo -paradójicamente- va a hacer realidad sus miedos. Este miedo ya está funcionando como el mecanismo que va a terminar de generar un líder antisistémico. Pedro Castillo no tiene un respaldo popular fuerte, su apoyo es de menos del 20% y, además, apareció tarde. Sin embargo, la propaganda y el susto derechista/clasista puede terminar haciéndolo justamente más atractivo a los sectores antisistémicos, aglutinando a los grupos que vienen sintiendo que no hay manera de ganar con estas reglas y que quieren cambiarlas. Además, del carisma y arrastre que el candidato Castillo tiene por propio derecho.
Personalmente, más que los temas económicos o los miedos, me preocupa el nivel de conservadurismo social que se proyecta en ambos candidatos. Lo que me lleva a reflexionar cómo a veces los extremos del espectro se parecen.
¡Qué bestia! Que falta de representación
A nivel profesional, desde los marcos teóricos que abogan a favor de la generación de formas de co-creación y participación para la innovación social, me cuestiona sobre manera la crisis de representación que ha quedado manifiesta en estas elecciones. Esta falta de representación está claramente reflejada en lo fragmentado de la votación donde 5 candidatos pasaron del 10% pero ninguno alcanzó el 20%. En la fluctuante opinión de los encuestados durante estas semanas, donde los candidatos subían, se estancaban, bajaban. Donde muchos definimos nuestro voto el mismo día. Donde casi el 30% de los peruanos no votaron. ¿Es el principio del fin del sistema democrático? ¿Es un desencanto profundo con el Estado no solo del llamado “Perú profundo”, sino de todos como sociedad? Ejemplificado en el ausentismo de los sectores A y B.
Entonces, me quedo con la preocupación de cómo hago sentido de la situación política con mis alumnos. Cómo podemos reflexionar sobre política sin pasarles nuestros miedos, prejuicios y opiniones, sin quebrar sus esperanzas en el sistema democrático. Cómo los guio a reconocer la diversidad sin caer en estereotipos, cómo los incentivos a asumir responsabilidades sin caer en paternalismos. Cómo guiarlos para que se enfoquen en las verdaderas dimensiones de los problemas y que recuerden que escuchar es más importante que ganar una discusión.
Por: Giancarlo Marcone Ph.D., director de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales en UTEC
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