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Desde niño, Luis Alberto García se sintió motivado a utilizar sus conocimientos para mejorar el mundo. Por eso, siempre supo que quería estudiar ingeniería para entender el funcionamiento de las cosas a su alrededor. Si bien inicialmente contempló ramas como Química y Electrónica, terminó eligiendo Mecánica. Por eso, a sus 17 años, inició su carrera en UTEC.
Su pasión por la investigación lo llevó a participar en numerosos proyectos interdisciplinarios durante cada ciclo. Hoy, a sus 22 años, ha logrado participar en iniciativas de diversos campos: minería, energía, startups y automovilismo. Actualmente, viene afrontando un reto en una industria distinta: la agricultura.
A partir de septiembre, ha estado trabajando como Visiting Undergraduate Research Intern en Harvard John A. Paulson School Of Engineering And Applied Sciences (SEAS), gracias al convenio de colaboración que dicha institución posee con UTEC. Así, bajo la supervisión del reconocido investigador Joost J. Vlassak, Abbott and James Lawrence Professor of Materials Engineering (SEAS), se encuentra realizando un innovador proyecto.
Desde Boston, nos cuenta un poco más de su experiencia.
Luis Alberto, ¿de qué se trata el proyecto que vienen realizando UTEC y Harvard University?
u-SNAP (Soil Nutrient Analysis Prototype) nació con la idea de ayudar a los pequeños agricultores a generar mayor rentabilidad. Para cultivar mejor, deben conocer la composición de sus suelos. Por eso, estamos trabajando en un analizador de suelos portátil de bajo costo. Así, se podrá saber si un suelo contiene excesos o defectos de algunas sustancias ―como nitrógeno, fósforo o potasio―, con lo cual podrán usar el abono que sus cosechas necesitan y las cantidades que deben utilizar.
¿Cómo ha sido la evolución del proyecto?
El primer prototipo se desarrolló entre 2019 y 2020. Se diseñó un dispositivo que permitía analizar muestras de suelo para saber cuántos nutrientes contenían. Sin embargo, se encontraron varias oportunidades de mejora. Por eso, tras la pandemia, se reanudó el proyecto. Actualmente, cinco personas de UTEC y dos de Harvard University venimos trabajando en optimizar esta tecnología.
¿Cuál es tu rol en u-SNAP?
Me encuentro trabajando en una etapa del proyecto llamada micro-SNAP, en la cual estaré basando mi tesis. Me estoy enfocando en reducir la cantidad de reactivos que se utilizan en el análisis de suelo, ya que se usan algunos químicos que pueden ser peligrosos, como el ácido sulfúrico. Por eso, estoy desarrollando un dispositivo de microfluidos que realice las operaciones de mezclado y dosificación para los análisis, pero con la menor cantidad de riesgos.
Si bien aún estamos en el primer prototipo de este dispositivo de microfluidos, se espera que pueda integrarse a la SNAP box entre el 2023 y el 2024.
¿Por qué decidiste involucrarte en este proyecto?
Para comenzar, me fascina la idea de realizar ingeniería con propósito. De hecho, esa visión de UTEC por crear proyectos que beneficien a la sociedad fue lo que me motivó a postular. Cuando decidí estudiar ingeniería, fue porque supe que era la mejor manera de poner mis talentos al servicio del mundo, teniendo un efecto práctico y un impacto positivo en las personas.
Por otro lado, colaborar con equipos multidisciplinarios siempre ha llamado mi atención. Si bien he podido trabajar con estudiantes y docentes de Ingeniería Química, Mecatrónica, Electrónica y más, Harvard University me abrió mi horizonte para seguir descubriendo gente brillante. La oportunidad de trabajar en una universidad tan reconocida académicamente me animó muchísimo.
¿Cómo llegaste a hacer esta pasantía en investigación?
En un viaje que hice con mi familia, tuve la oportunidad de visitar al profesor Joost, persona a quien admiro mucho, y me comentó que estaba interesado en que alguien de UTEC continúe el proyecto u-SNAP en el área de microfluidos. Por eso, cuando estaba culminando otro proyecto que trabajaba en UTEC con el profesor Carlos Ríos, le consulté si podría incorporarme al equipo de Harvard University. Así, hacia fines del 2021 e inicios de este año, comencé a integrarme en las primeras reuniones remotas; y, desde septiembre, he estado trabajando en los laboratorios del profesor Vlassak y del Center for Nanoscale System (CNS), en Harvard University.
Hay que destacar que muchas de nuestras reuniones de trabajo son a distancia, pues el equipo de UTEC realiza prototipos, calibraciones y demás actividades en el campus de Barranco.
¿Qué se siente trabajar con el profesor Joost J. Vlassak?
Más allá del lado académico, es una persona increíble que se preocupa por el bienestar de todo el equipo. Es muy inteligente al hacer acotaciones o brindar indicaciones. Sabe delegar y brinda mucha confianza, por lo que trabajamos con mucha autonomía y responsabilidad. Además, nos da una perspectiva distinta de las cosas y está al día con todas las investigaciones.
¿Cómo sientes que esta experiencia en Harvard University te ayudará en tu futuro profesional?
Me está ayudando a explorar el mundo académico, que es una de las opciones en mi camino profesional. Además, me brinda una perspectiva distinta de las oportunidades profesionales. En Boston, hay puestos para campos que no existen en el Perú, como los de la industria de semiconductores. Por otro lado, he podido conocer de primera mano la tecnología que hay en los laboratorios estadounidenses, así como las novedosas técnicas de nanofabricación.
Esta experiencia también me sirvió muchísimo para desarrollarme como gestor de proyectos. Participar en una iniciativa con tanta confianza puesta y libertad ha sido un gran reto. Aquí, se considera que, en tu investigación, nadie te puede ayudar más que tú mismo, porque eres tú quien está tratando de descubrir algo nuevo y empujar los límites del conocimiento actual.
¿Cuáles son los planes para u-SNAP en el futuro?
Queremos tener un impacto positivo en el Perú y el mundo. Por eso, se están buscando alianzas con instituciones para realizar las pruebas en campo y distribuir los dispositivos en un futuro. Es una ingeniería con fines sociales.
¿Qué harás al regresar al Perú?
Al ser una iniciativa colaborativa entre UTEC y Harvard University, parte de los fondos del proyecto están destinados a la transferencia tecnológica; es decir, a intercambiar las formas de trabajo y tecnologías. Por eso, regresaré a la universidad a replicar lo que hemos hecho en los laboratorios de EE.UU.
Además de los prestigiosos convenios, ¿qué crees que le aporta UTEC a sus alumnos?
La versatilidad de la enseñanza es una de las cosas que más me gusta. En UTEC, enfatizan mucho una forma distinta de Ingeniería: se trata de ser sistemático y metódico, pero, a la vez, creativo y disruptivo. Es una visión integral de las cosas.
Por eso, si bien Ingeniería Mecánica me ha dado una base sólida ―como ingeniero y gestor de proyectos― que me permite aprender nuevos temas de una manera mucho más completa, me gustaría explorar otros campos en un posgrado para seguir entendiendo el funcionamiento de los fenómenos físicos.
¿Hay algún mensaje que le quieras dar a los escolares que quisieran estudiar ingeniería y a los alumnos que ya están en la carrera?
Que siempre traten de mantenerse creativos y hacer lo que les guste. Pueden explorar todo tipo de oportunidades para aprender. Aprovechen todo lo que se les presente. Nunca dejen de buscar lo que les gusta. El colegio y la universidad son etapas en las que pueden arriesgarse sin miedo a equivocarse.
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