¿Sabías que los sistemas embebidos están en casi todo lo que usamos?

En los recientes años, la cantidad de equipos electrónicos con que interactuamos ha aumentado considerablemente. Desde nuestro teléfono hasta drones, pasando por electrodomésticos y automóviles, en todos sabemos que existen “computadoras” quienes son encargadas de “dar vida” al equipo. Evidentemente, estas “computadoras” tienen características muy especiales según su aplicación, lo que las diferencia de las computadoras de propósito general como lo es una laptop. Por ejemplo, las características de un “computador” usado en videojuegos deben ser diferentes al usado para controlar el freno de un auto, el vuelo de un dron, o el control remoto del televisor.  Dependiendo del caso puede priorizarse el bajo consumo de energía, velocidad de procesamiento, tamaño, peso, tolerancia a fallos, etcétera.

La diferencia principal en programar un computador personal o un “computador dedicado” (puede ser basado en un microcontrolador, un SoC, o un FPGA) para una aplicación específica, radica en que para el segundo caso se debe tener conocimiento detallado de la aplicación y los elementos electrónicos que lo rodean. Los sistemas embebidos son sistemas donde se tiene por lo menos un “computador dedicado” (el cual está embebido en la aplicación) interactuando con circuitos y elementos electrónicos diseñados para una aplicación específica.

En general, los sistemas embebidos deben ser lo más pequeño posible, lo más económico posible, lo más rápido posible y que consuma la menor cantidad de energía posible. Conseguir todas estas características es un gran reto para los ingenieros electrónicos en el mundo, y marcará diferencia con otros productos comerciales. Así pues, ahora el desafío no es solo saber programar un microcontrolador, si no considerar el ambiente y características de la aplicación para realizar una programación óptima que permita desarrollar productos tecnológicos de calidad mundial.