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We've built strong relationships with the best educational institutions in the world.
The right path to finding better solutions.
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Giancarlo Marcone
HACS DIRECTOR
gmarcone@utec.edu.pe
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La pandemia produjo una nueva interrogante: ¿podemos mezclar diferentes vacunas para COVID-19? La vacunación con diversas vacunas no es una novedad. Muchos de nosotros hemos recibido la triple vírica (sarampión, rubéola y paperas) o la DTap (Tétanos y Pertussis), ambas vacunas incluyen diversas vacunas que son colocadas en una misma dosis.
La primera propuesta del conocido mix-and-match de vacunas COVID-19 fue realizada con las vacunas Sputnik V y AstraZeneca en julio de este año. En un estudio de 50 participantes se observó que la mezcla de vacunas producía una respuesta inmune exitosa y no tenía mayores riesgos asociados. En esos momentos, la mezcla de vacunas de diferentes marcas se veía como un escenario lejano, pues los países recién empezaban a distribuir los lotes de vacunas prometidos por los laboratorios y cumplían casi en su totalidad con las indicaciones realizadas a partir de un ensayo clínico.
Como sabemos, las vacunas para la COVID-19 fueron desarrolladas siguiendo los protocolos necesarios para asegurar su seguridad y su efectividad. La clave en estos estudios es tener una población que recibe la vacuna y una población placebo con la cual comparar la efectividad de la vacuna en un ambiente controlado. Sin embargo, el mundo real es lo más alejado a un controlado bajo un diseño experimental.
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La pandemia avanzaba y cada país decidió usar sus vacunas disponibles de diferentes formas, basándose en evidencia preliminar. Por ejemplo, en Reino Unido se decidió extender las semanas entre primera y segunda dosis. En Canadá, se empezó a recomendar una segunda dosis de Moderna cuando se acabaron las dosis de Pfizer. La confianza y los posibles efectos secundarios graves, como la trombosis, llevaron a algunos países europeos a recomendar una segunda dosis de Pfizer en lugar de AstraZeneca. Y por último, también vimos la agencia humana, algunos viajaban y tenían que decir qué vacuna colocarse.
Durante meses, la respuesta de los expertos fue similar: “es probable que mezclar vacunas no con lleve ningún riesgo, pero por el momento no tenemos evidencia para recomendarla, tal vez en el futuro”. Y el futuro llegó, actualmente la vacunación heteróloga es recomendada.
¿Qué cambio?
La evidencia científica. Como vimos, al inicio, la principal información provenía de los estudios clínicos para elaborar las vacunas, donde la mayoría de diseños respondía únicamente a tener una vacuna para ser distribuida. Con las situaciones mencionadas anteriormente, diversos grupos de investigación se volcaron a responder las preguntas del público : ¿Y si mezclo dos vacunas de ARN? ¿O una de vector viral con ARN? ¿O de virus inactivo con ARN?
La respuesta es una: las personas que reciben dos vacunas diferentes de COVID 19 desarrollan una potente respuesta inmune sin mayores efectos secundarios asociados. Como indica el último reporte de la Agencia Europea de Medicamento (EMA), la vacunación heteróloga no solo resuelve problemas logísticos. En determinadas combinaciones, se ha visto que podría producir una mejor respuesta en comparación a la vacunación homóloga con la misma vacuna.
A partir de los estudios publicados, la EMA concluye que la vacunación heteróloga produce la inmunidad deseada sin importar el tipo de vacuna usada para las primeras dosis, sin riesgos adicionales a la fecha. Además, precisan que para las dosis de refuerzo, son las vacunas de ARN las que producen una respuesta inmune similar o mayor que un refuerzo homólogo, incluyendo las variantes de preocupación, como Omicron.
Ante esta información, el MINSA ha adaptado las recomendaciones para recibir la dosis de refuerzo. En el Perú, las personas que recibieron una vacuna de ARN (Pfizer o Moderna) o de vector viral (AstraZeneca, Sputnik V y Johnson) deben recibir una dosis de refuerzo de la vacuna de Pfizer (ARN). Los que recibieron una vacuna de Sinopharm o Sinovac (Virus inactivo), podrán recibir una vacuna de Pfizer (ARN) o AstraZeneca (Vector viral).
Muchas personas han respondido al cambio de indicaciones con sorpresa, incluso, con desconfianza. ¿Por qué antes nos decían que no podíamos mezclar vacunas y ahora sí las mezclamos? Porque cambió la evidencia. Así como pasamos de no usar mascarillas a usarlas, de desinfectar las superficies a no hacerlas, o a limpiarnos los zapatos antes de entrar a determinados lugares. Este cambio de indicaciones nos confirman que la comunidad científica responde a nuestras preguntas, lo raro sería si no se hubieran realizado nuevos estudios sobre la combinación de vacunas, siendo esta tan frecuente. De la misma manera que el virus cambia para adaptarse a nuestro cuerpo, nuestras estrategias también deben adaptarse a los retos de la pandemia.
Por: Alejandra Ruiz León
Bioquímica y máster en Comunicación Científica
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